lunes, 30 de mayo de 2011

Fábula de la lechera

Llevaba en la cabeza, una lechera el cántaro al mercado con aquella presteza, aquel aire sencillo, aquel agrado que va diciendo a todo el que lo advierte ¡yo sí que estoy contenta con mi suerte! porque no apetecia más compañia que su pensamiento, que alegre la ofrecia inocentes ideas de contento, marchaba sola la felíz lechera y decia entre sí de esta manera "esta leche vendida, en limpio me dará tanto dinero, y con esta partida un canasto de huevos comprar quiero, para sacar cien pollos, que al estío me rodeen cantando el pío, pío. del importe logrado de tanto pollo compraré un cochino que con bellota, salvado, berza, castaña engordará sin tino, tanto que puede ser que yo consiga ver como se le arrastra la barriga, al llevarlo al mercado sacaré de él sin duda buén dinero y compraré una vaca y un ternero, que salte y corra por toda la  pradera.                           

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